Las luces son un elemento de seguridad muy eficaz para los ciclistas. Tienen doble función: poder ver y ser vistos.
Cuando hablamos de luces de bicicleta, quizá mucha gente piense en circular de noche por lugares poco iluminados. Pero no únicamente es eso. Las luces son imprescindibles en muchas situaciones ya que advierten a otros vehículos y peatones de nuestra presencia en la vía. Por ciudad, esto cobra mucha importancia, ya que hacerte ver es muy útil para los demás integrantes de la vía y llevar una luz que mejore tu visibilidad de noche o zonas que puedan estar menos iluminadas te resultará muy útil.
Además de que las puedes quitar y poner fácilmente en función de la necesidad, lo cierto es que llevar instaladas siempre en tu bici ambas luces es muy sencillo y funcional, ya que en cualquier momento o situación pueden resultar imprescindibles.
El mínimo recomendable es:
-Luz blanca delantera para poder ver con claridad la vía por la que se circula y advertir a los peatones de nuestra presencia.
-Luz roja trasera para poder ser vistos por otros vehículos desde lejos y que éstos puedan respetar la distancia de seguridad con antelación y en condiciones seguras.
Podrás encontrar diferentes tipos de luces en función de la potencia, duración de la batería, tamaño… Algunos modelos tienen diferentes niveles de intensidad de luz y la posibilidad de llevarlas en posición fija o intermitente. En el artículo "¿qué luz de bicicleta necesito?" te ayudamos a saber qué estás buscando y los distintos tipos de luces que puedes encontrar. Destacar, por ejemplo, la luz delantera Eltin Phone Grip, que además de iluminar tu camino permite llevar el móvil para seguir una ruta por ciudad e ir ubicándote en las calles, si lo necesitas.
Además de las luces, existen también otras prácticas que ayudan a ser vistos y aumentan la seguridad. Por ejemplo, escoger un modelo de casco cuyos colores sean reflectantes (fluorescentes como el amarillo, rojo-anaranjado…) o llevar ropa o algún elemento de estas características.