Cada vez son más las bicicletas, sobre todo de montaña, que montan ruedas tubeless. Si estás familiarizado con este sistema, sabrás que evita, o, más que evitar, repara sin necesidad de intervención mecánica la mayoría de pinchazos. Si estás menos familiarizado con el tema, no te preocupes, porque a continuación te lo explicamos todo. Para empezar, debes saber que se usa principalmente en bicicletas de montaña porque suelen sufrir más los pinchazos y el peso añadido que puede tener un neumático tubeless se ve compensado por esa respuesta tan eficaz ante pinchazos. Además, con neumáticos tubeless puedes poner menor presión a las ruedas y gozar de mejor tracción y agarre.
Muchos pueden pensar que montando un neumático tubeless, se acabaron para siempre los pinchazos y las intervenciones mecánicas en las ruedas. Nada más lejos de la realidad. Obviamente, repara la inmensa mayoría de pinchazos y hace que puedas seguir la ruta o competición sin tener que parar y reduces al máximo las intervenciones mecánicas. No obstante, un sistema tubeless conlleva un mantenimiento y una serie de elementos en su montaje que debes tener muy en cuenta para que el sistema sea completamente eficaz y está en buenas condiciones.
En primer lugar, vamos a ver en qué consiste exactamente un sistema tubeless. Tal y como su propio nombre indica, en inglés, es un sistema que funciona sin la necesidad de cámara interna. Es decir, está formado por la llanta y el neumático. Dentro del neumático se aloja el aire y es donde se introduce también el líquido sellante. Este líquido es el responsable de sellar rápidamente para tapar perforaciones o pinchazos. Tanto para introducir el aire como para realizar el mantenimiento con el líquido sellante, el sistema también incluye una válvula tubeless especialmente diseñada para ello.
Ya conoces lo que es un sistema tubeless, para lo que sirve y sus elementos, y quizá ya lo estás utilizando en tu bicicleta, pero sigues teniendo la duda cuando lees llanta “tubeless” o “tubeless ready”. Es normal, es un poco lioso y puede llevar a confusión, pero con una serie de diferencias entenderás fácilmente en qué consiste cada uno.
El principal punto diferenciador es que las ruedas o llantas tubeless no presentan ningún orificio salvo el destinado a la válvula. Todos los radios se fijan externamente y queda una llanta estanca, es decir, totalmente cerrada y que evita la fuga de aire una vez talonada la cubierta. Podrás pensar que muchas veces la cubierta no acaba de talonar bien y esto puede conllevar pérdida de aire. Pues estás en lo cierto, por eso, este tipo de llantas presentan un borde y una ranura de retención especial para las cubiertas que posibilitan que la cubierta talone perfectamente sin riesgo de destalonar. A su vez, la cubierta debe ser totalmente estanca también, con un recubrimiento interior que no permita poros ni pérdidas de aire. Pese a que este sistema totalmente estanco y sin fugas de aire no precise necesariamente de líquido sellante, la mayoría de usuarios lo usan igualmente para reparar la cubierta y añadir más seguridad.
Por su parte, las ruedas o llantas tubeless ready son aquellas que pueden montar cubiertas con cámara o tubeless. A diferencia de las tubeless, no poseen solo el orificio de la válvula y no son completamente estancas, por lo que hay que prepararlas para convertirlas en tubeless. Para ello, se necesita un fondo de llanta o cinta tubeless que evite la fuga de aire a través de las cabezas de los radios. Además, también presentan una ranura especial para mantener el neumático en posición y evitar que destalone o pierda presión.
A continuación, vamos a ver paso a paso cómo instalar un sistema tubeless en las ruedas de tu bici. Tal y como hemos visto en el punto anterior, existen dos tipos de llantas, tubeless o tubeless ready. En este caso, vamos a ver cómo sería para el caso tubeless ready, ya que implica todos los pasos del montaje y todos los elementos que intervienen en un sistema tubeless.
Lo primero que tienes que tener en cuenta, y aunque pueda parecer que no, es muy importante, es la limpieza del interior de la llanta. Ten en cuenta que la cinta tiene que pegar bien para que quede bien sellado, por lo que si la llanta debe estar limpia y sin restos. Puedes llevarlo a cabo con un trapo limpio y algún disolvente o alcohol. Además, comprueba que las cabezas de los radios no tengan rebabas que puedan dañar la cinta cuando sea colocada.
Con la llanta limpia, es momento de poner la cinta tubeless para cerrarla herméticamente. La colocación de la cinta no tiene una teoría única que diga exactamente cómo se debe poner y las vueltas a dar. No obstante, una buena recomendación sería empezar justo por delante del agujero de la válvula y dar vueltas para pasar tres veces por la válvula y lograr más estanqueidad.
Mientras vas colocando la cinta, debes ir tensando y estirando para que el sellado sea perfecto y no queden burbujas. Para el ancho de la cinta, debes comprobar que cubra perfectamente la garganta de la llanta para así sellar perfectamente y cubrir con holgura los agujeros de los radios.
Con la ayuda de algún punzón o destornillador, haz un agujero a la cinta e inserta la válvula tubeless por el mismo, siempre insertándola por el interior de la llanta hacia afuera. Una vez colocada, coloca la tuerca y apriétala con la mano para fijar bien la válvula.
Coloca la cubierta en la llanta excepto uno de los flancos en el extremo opuesto a la válvula, que es por donde aplicarás el líquido sellante. Vierte el líquido, cuya cantidad dependerá del fabricante, de la cubierta y sus medidas y de si es tubeless o tubeless ready. Para una cubierta tubeless ready de 29 pulgadas, una cantidad cercana a los 100 ml suele ser la correcta. Una buena recomendación es que si es la primera vez que aplicas el líquido sellante a una cubierta, le pongas un poco más para que cierre bien todos los poros.
Una vez aplicado el líquido, gira la rueda con cuidado para que el líquido no se desparrame y acaba de talonar la cubierta. Es recomendable que cuentes con un compresor o una bomba con depósito de aire externo que permita meter la presión suficiente para que la rueda salga perfectamente por los lados y talone a la perfección con mayor facilidad. No obstante, con una bomba de pie también se puede lograr.
Se trata de los últimos pasos y son muy importantes. Una vez montada la cubierta, gírala y hazla botar para que el líquido se reparta bien por toda la llanta y queden todos los lados protegidos. Mientras realizas esto, comprueba que en todos los puntos de contacto cubierta-llanta está bien talonada y no se mete más por un lado que por otro, por ejemplo.
Para empezar, es importante que sepas que el sistema tubeless es apropiado para un uso habitual y periódico de la bicicleta, ya que una bicicleta con sistema tubeless parada durante bastante tiempo, hará que el líquido sellante se acumule en una zona y se seque perdiendo así todas sus propiedades.
El sistema tubeless necesita un correcto mantenimiento para su buen funcionamiento. Fundamentalmente por la reparación de pinchazos, el líquido se va consumiendo y deteriorando con el tiempo, por lo que conviene ir rellenándolo cada 2 meses, más o menos. Para rellenarlo, la opción más sencilla es quitar el obús de la válvula e introducir el líquido por ahí. Además de esto, cada 6 meses es recomendable que vuelvas a llevar a cabo todo el proceso para limpiar bien la rueda y cambiar el líquido sellante por completo. Ten en cuenta que factores como el calor y la cantidad de kilómetros que hagas con la bici hace que el líquido se deteriore antes, por lo que en los meses más cálidos y de más uso de la bicicleta, es aconsejable acortar estos tiempos de revisión y mantenimiento.
Esperamos que con este artículo hayas resuelto muchas dudas sobre el sistema tubeless y te resulte útil a la hora de instalarlo en tu bici. Estamos seguros que si lo haces todo correctamente y llevas a cabo un buen mantenimiento, será un sistema que te evitará muchos pinchazos e intervenciones mecánicas.
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